Desde el comienzo de los tiempos el hombre ha buscado protegerse de los ataques de la naturaleza a la que veía, no solamente como la proveedora de alimentos para sí y su especie sino también como violenta y devastadora de la misma. Esta necesidad de protegerse ha sido siempre una constante en la historia del hombre, posiblemente porque no le han faltado motivos que han puesto a prueba su fragilidad.
Así, el conjuro primitivo, fue el amuleto, el talismán, la imagen…No todos los dioses buenos se encontraban tan próximos al hombre, que a éste le fuera posible acogerse a su amparo a todas horas. El sol se alzaba muy lejos, y desaparecía con frecuencia; la luna se elevaba muy alta y escapaba a los brillos del crepúsculo; sólo los elementos de la naturaleza a veces lo acompañaban, pero una piedra privilegiada jamás se desplazaba de su sitio, y el hombre tenía que ir a muchos sitios… le era necesario llevar los buenos dioses sobre sí, para que no le abandonasen nunca, y aminoró el tamaño de las piedras que guardaban su refugio para colgarlas al cuello, y reprodujo en imágenes cada vez más sencillas y “factibles” todos los dioses inaccesibles y todos los que de pronto, en cualquier ocasión determinada de peligro para él, pudieran estar lejos de su alcance.
Estos amuletos son tejidos a mano, en forma de carterita, con aplicaciones de dijes, mostacillas, buzios, y otros elementos.
El kit contiene:
Caja con visor
Una bolsita para hierbas tejida, puedes usarla en la cartera o llevarla colgada del cuello.
Cuatro bolsitas de hierbas consagradas, una para mal de ojo, otra para suerte, otra para amor y otra para salud.
Utilizas la que más necesites
Una bolsita con popurrí aromático de virutas de madera coloreadas, con aroma a cítricos. Sirve para perfumar ambientes ya que puede ser utilizado en bolsitas de organza y colgarlas en los placares o bien se pueden poner en un cuenco y agregarles aceite de hornitos.
Instructivo